EMPRESA
Lemarc nace en el seno de una familia productora de maní en el año 1965.
A partir del año 2000, comienza a comercializar y exportar maní confitería y maní repelado, incorporando otros productos de primera calidad.
Fruto de los años de experiencia, entendemos al cultivo de productos no tradicionales como un trabajo cuasi-artesanal, donde el cuidado juega un papel fundamental desde la selección de la tierra y la semilla de alta pureza, hasta el constante control y manejo del cultivo.
Ésta cuidada mecánica de producción permite certificar la “trazabilidad del producto” bajo un estricto control del mismo, que tiene por finalidad cumplir con los más exigentes parámetros de calidad que demandan los distintos mercados, implicando un fuerte compromiso por parte de la empresa.
Complementando esto, promovemos la constante investigación e innovación en las distintas etapas de producción, lo cual convierte al know-how de nuestro personal en el más apropiado para cumplir con nuestros propósitos y los de nuestros clientes.
OBJETIVOS
Desarrollar nuestros productos abarcando toda la cadena de producción.
Ser reconocidos en el mundo por la uniformidad en la calidad de nuestros productos; el cumplimiento, la eficiencia logística y la respuesta a las necesidades de nuestros clientes.
Convertirnos en una empresa referente para clientes actuales y potenciales.
FILOSOFÍA
Procurando un control total sobre la trazabilidad de nuestros productos, supervisamos y registramos minuciosamente el desarrollo completo de la cadena productiva: acopio, selección y comercialización.
Para lograrlo, todos nuestros productos son acopiados y procesados con máquinas de última generación, lo que nos permite cumplir con las necesidades de nuestros clientes en cualquier parte del mundo.
PLANTAS DE PRODUCCIÓN Y ACOPIO
Planta de procesamiento de maní:
General Cabrera, Córdoba. Se encuentra en el corazón de la zona manisera de Argentina, lo cual nos ubica en una situación de privilegio pudiendo satisfacer las necesidades de todos nuestros productores y clientes en tiempo y forma.
Planta de procesamiento de granos:
Gabriela Mistral 120. Parque Industrial General Deheza, Córdoba. Planta de procesamiento de última generación marca Lewis Master Carter, proveniente de Estados Unidos.
Planta de producción, acopio y proceso de Orégano:
Zona rural de Villa Dolores, Traslasierras, Córdoba. La zona de producción de nuestro orégano se destaca por lo apropiada para producir aromáticas, logrando resultados de muy buena calidad.
MEDIO AMBIENTE
BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS
Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), -GAP por sus siglas en inglés (Good Agriculture Practices), se refieren al conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas, tendientes a reducir los riesgos físicos, químicos y biológicos en la producción, procesamiento, almacenamiento y transporte de productos de origen agropecuario, para asegurar la inocuidad del producto, la protección del medio ambiente y del personal que trabaja en la explotación, buscando un Desarrollo Sostenible.
Si bien a nivel Nacional su implementación aún no es obligatoria, desde la Provincia de Córdoba se está trabajando para convertir en Ley el proyecto de BPA.
Es a partir del año 2017 que se busca que cada vez más agricultores se adhieran a este sistema de trabajo.
El Programa Provincial de Buenas Prácticas Agropecuarias tiene como objetivo incentivar a los productores agropecuarios para que implementen prácticas que fortalezcan la sostenibilidad del sistema agroalimentario.
De esta manera las empresas procesadoras, logran la inocuidad en la producción y comercialización de los alimentos, reduciendo los riesgos de contaminación de los cultivos, mejorando la eficiencia de las producciones y su aptitud para el consumo en etapas posteriores de la cadena alimentaria al mejorar su gestión, lograr la diferenciación de la producción , permitir el acceso a nuevos mercados y minimizar el impacto ambiental.
La implementación de estas prácticas requieren por parte de las empresas condiciones como la inversión en capacitación de trabajadores, productores y profesionales, en tecnologías apropiadas (semillas, maquinaria, fertilizantes, etc.), e inversiones en infraestructura.
También es importante que la empresa posea cierta viabilidad global a largo plazo, un concepto en donde la sustentabilidad sea necesariamente la interacción responsable de las variables económica.